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El fotógrafo donostiarra Diego Orlando, galardonado con el 2 º Premio de Fotografía del Beautiful Bizarre Art Prize 2024, explora en su obra premiada la dualidad entre vulnerabilidad y fortaleza."En los espacios intermedios de luz y sombra, encuentro la esencia de las emociones humanas, reflejando tanto nuestras luchas internas como los momentos de revelación que nos guían hacia la comprensión y la esperanza" , revela el artista vasco en esta entrevista exclusiva.

Su obra premiada, Knight Paper (El Caballero de Papel), presenta a "un pintor vasco en busca de texturas y movimiento dentro del mundo abstracto" vestido con una armadura de papel que "simboliza la delicadeza de su viaje artístico y emocional" . Profundamente influenciado por los maestros barrocos Caravaggio y Rembrandt, así como por los pintores prerrafaelitas, Orlando selecciona cuidadosamente bosques antiguos y arquitecturas históricas que "poseen una cualidad atemporal" para crear fotografías que "no son meramente imágenes sino narrativas que resuenan a un nivel profundo y casi místico" .Esta pieza, junto con su anterior serie premiada La mirada de Goya, consolida su estilo que "busca emular el dominio de la luz y la sombra de los maestros barrocos" .

El fotógrafo donostiarra Diego Orlando, acertadamente apodado "El Señor de la Luz", desarrolla una obra que nace de "la búsqueda incansable de luz capaz de iluminar un mundo personal lleno de sombras". Su vocación fotográfica surge de un viaje "complicado, introspectivo, apasionado y poético" que fusiona diversas disciplinas de las Bellas Artes para interpretar su universo más íntimo.

Su trabajo artístico rechaza el culto a la capacidad técnica de los millones de megapíxeles. Por el contrario, el "efecto flou" y el "manierismo" que impregnan sus fotografías representan "una forma de protesta contra el purismo fotográfico académico actual". Desde 2018, Orlando trabaja en la serie "Santos y Mantillas", donde ofrece "una visión contemporánea de la vida de mártires y vírgenes de la cultura cristiana". Esta creación artística refleja su inconformismo personal y una "lucha permanente entre seres que buscan desde el anonimato no poner límites a su forma de ser y amar, lejos de convenciones religiosas, sexuales, raciales o ideológicas". Con sus fotografías, el artista busca "la luz que emana de una nueva generación que lucha por ser fiel a sí misma".

"Mi vocación fotográfica nace de la búsqueda incansable de 'la luz' capaz de iluminar un mundo personal lleno de sombras", declara Diego Orlando en este profundo manifiesto artístico. El fotógrafo donostiarra define su trabajo como "un viaje complicado, introspectivo, apasionado y poético" que fusiona diversas disciplinas de las Bellas Artes para interpretar su universo más íntimo.

Orlando rechaza explícitamente el culto a la nitidez técnica: "Mi trabajo no nace ni se presenta con el objetivo de reflejar la destreza en la ejecución de la que puedo ser capaz, ni por la capacidad de nitidez que hoy ofrece la técnica, con millones de megapíxeles a nuestro servicio". En cambio, el "efecto flou" que baña sus fotografías funciona como "una forma de protesta contra el purismo académico analógico actual". Su experiencia en arquitectura de interiores y antigüedades lo acerca al movimiento fotográfico pictorialista del siglo XIX, al "claroscuro" de Caravaggio, a la luz del maestro venezolano Armando Reverón y a referencias cinematográficas de Bertolucci y Visconti. Crea "fotografías exclusivas limitadas por su tirada y tamaño", obras "preciosas o barrocas con profusión de detalles, llenas de alegorías ocultas y laberintos escondidos en sus sombras, telas y texturas", incorporando "las técnicas digitales y pictóricas más actuales" en la edición y composición final de las imágenes.

Diego Orlando gana su cuarto premio IPA con Half lights, half shadows, una serie que captura la diversidad étnica de San Sebastián durante el confinamiento. Utilizando una iglesia reconvertida en estudio con permiso del Obispado, el fotógrafo donostiarra fusiona el barroco español con rostros anónimos y modelos profesionales para "reflejar la pluralidad silenciosa de nuestra ciudad".

En plena era de "plátanos pegados en paredes" —ironiza sobre el arte conceptual—, Orlando defiende el rigor técnico como "protesta contra el arte vacío". Inspirada en Caravaggio y José de Ribera, la serie logra reconocimiento internacional mientras el artista anuncia su próximo proyecto Sin límites (2022): retratos de jóvenes guipuzcoanos que "ponen rostro a la diversidad sexual sin prejuicios", consolidando su posición como voz relevante entre el clasicismo y la innovación visual.

El fotógrafo donostiarra Diego Orlando, ganador de la Mención de Honor IPA 2020 por Malleus Meleficarum y nominado a los Fine Art Photography Awards 2021, prepara ahora su participación en importantes eventos internacionales. Tras exhibir en el Museo de Fotografía de Los Ángeles y la Galería Millepiani (Roma), Orlando se dispone a mostrar su obra en la Bienal de Arte de Florencia (octubre 2021), la Bienal de Arte de Londres (junio-julio 2021) y la innovadora Exposición VR de Manchester (junio-julio 2021).

Su trabajo artístico, caracterizado por el "efecto flou" y el "manierismo", representa "una forma de protesta contra el purismo fotográfico académico actual". Orlando crea "fotografías preciosas, barrocas, con profusión de detalles, llenas de alegorías y laberintos escondidos en sus sombras, tejidos y texturas" que surgen de "la búsqueda incansable de la luz capaz de iluminar un mundo personal lleno de sombras". Su creación artística refleja su inconformismo personal: "una lucha permanente entre seres que buscan desde el anonimato no poner límites a su forma de ser y amar entre hombres y mujeres, lejos de convenciones religiosas, sexuales, raciales o ideológicas". Como concluye el autor del artículo: "Es sin duda, Diego Orlando un Señor de la LUZ!"

Diego Orlando recibe el "Honorary Award" en los premios IPA 2020 por Malleus Meleficarum (Martillo de las Brujas), una serie que representa "el poder de los ángeles y mártires sobre el pecado, el deseo, la atracción y la muerte". Este trabajo, desarrollado durante tres años, confirma la posición del fotógrafo donostiarra como un innovador que protesta contra las convenciones fotográficas actuales.

Su obra refleja una "gran influencia pictórica del barroco y del siglo de oro español e italiano", presentando "una visión de un nuevo barroco" donde utiliza "técnicas de iluminación fotográfica para crear la técnica del claroscuro, además de un largo y detallado proceso de escenografía y edición". El "efecto flou" y el "manierismo" que caracterizan sus fotografías funcionan como "una forma de protesta contra el actual purismo fotográfico académico", creando imágenes "preciosas, barrocas, con profusión de detalles, llenas de alegorías y laberintos escondidos en sus sombras, tejidos y texturas". La serie, compuesta por 30 fotografías realizadas en Cataluña y Donostia (de las cuales siete recibieron reconocimiento en Estados Unidos), será próximamente expuesta en La Provence (Francia) y Detroit. Este trabajo sucede a su premiada serie "La mirada de Goya", que recibió dos primeros premios en los IPA 2018, consolidando su trayectoria como creador de un lenguaje visual único que integra tradición y contemporaneidad.

"Si hay quien piensa que la Fotografía debe atrapar el instante, yo creo que ha de atrapar la atmósfera, el ambiente, la sensación que rodea a ese instante", afirma Diego Orlando Machimbarrena mientras expone en el Center for Digital Arts de Los Ángeles. El ganador de la edición latina de los premios IPA en la categoría de Bellas Artes redefine su enfoque como "tecnopictoralista", fusionando su amor por maestros clásicos como Goya, Zuloaga, Ingres y Caravaggio con las posibilidades de la tecnología moderna.

Orlando critica la obsesión técnica contemporánea: "Hoy, cualquier dispositivo fotográfico puede llegar a darte una calidad que roza o sobrepasa los 56.000 millones de pixels. La pregunta que algunos nos hacemos es qué más podemos añadirle nosotros a esa calidad suprema. Suprema pero de tan tremenda, plana, muy plana". Como los pioneros de la fotografía que "se volvieron a la pintura", él recurre a "la tecnología, la alta, la del presente y el futuro" que le capacita "para manipular fondos, subvertir espacios, reproducir el pasado". Su vínculo con San Sebastián es complejo y poético: "Soy yo, martirizado y glorificado por esta ciudad a la que amo, odio y recuerdo siempre. De la que me escapo y a la que vuelvo para marcharme de nuevo y añorarla siempre", una relación reflejada en autorretratos donde aparece "con la ciudad al fondo, fantasmal, entre brumas azuladas" y su "cabeza partida sobre corona de espinas". Mientras continúa su serie sobre Goya y prepara una nueva titulada "Lágrimas de penitencia", su trabajo se exhibe en Los Ángeles y próximamente en Hong Kong.

"Si tu mirada puede entrar al infierno de mis imágenes, sin sucumbir al veneno que tienen, entra a mi mundo y podrás comprender la luz oculta en la profundidad de mis sombras", confiesa Diego Orlando Machimbarrena tras ganar el prestigioso Premio Internacional de Fotografía (IPA) en la categoría de artes plásticas por su serie La mirada de Goya. Después de décadas en el anonimato, este fotógrafo donostiarra afincado en Girona irrumpe en la escena internacional con un proyecto inspirado en el simbolismo oscuro de la España del siglo XIX.

La serie premiada, realizada íntegramente en las comarcas gerundenses durante tres años de trabajo, consta de diez fotografías donde la mujer es "la principal protagonista, invisible y presente a la vez, que evoca su sometimiento a las normas y la estricta religión de la época, provocando profunda y sutil tristeza". En su proceso creativo, Orlando revela que "un 80% es el instante y un 20% el retoque digital", buscando proporcionar "un envoltorio de misterio y magia" que haga "emanar una nueva realidad onírica". El fotógrafo establece un paralelismo entre los "momentos movidos y revolucionarios" que reflejó Goya y la situación actual: "Me remiten al que estamos viviendo hoy día, tanto en mi estimada Venezuela como aquí, en Girona. Una época en que, a pesar de la pérdida de libertades, la creatividad fluye". Con este reconocimiento, Orlando, quien decidió reinventarse artísticamente después de los cincuenta años, demuestra que nunca es tarde para iniciar nuevos caminos creativos.

El fotógrafo vasco Diego Orlando, galardonado en los International Photography Awards 2018 como "Fotógrafo profesional del año" en las categorías de Libros y Fine Art por su serie "La mirada de Goya", revela en esta entrevista cómo Girona transformó su vida artística. Tras dejar Venezuela y establecerse en Cataluña, encontró en esta ciudad el entorno ideal para recrear el universo del pintor aragonés.

Orlando explica su elección de Girona para recrear a Goya: "Creo que la luz de Girona encaja mejor que la de Aragón en lo que quería hacer". Los rostros de la gente local —"gente de aspecto muy austero, muy duro"— y la disponibilidad de la "fabulosa" colección de vestidos de época de Neus Borrell en Torroella de Fluvià, le permitieron evocar los ambientes goyescos. El fotógrafo establece un paralelismo entre su propio exilio y el del pintor: "Es muy duro cuando vives en un país y no te queda otra salida que marcharte... Encuentro cierto paralelismo con este mundo oscuro de Goya". A los 50 años, decidió reinventarse como fotógrafo, algo que considera "muy complicado" pero posible gracias a Girona, cuyo ambiente "cerrado" y clima "complicado" le ayudaron a centrarse. Desafía la percepción europea sobre la edad: "Viajé a Nueva York y vi gente de más de 70 años triunfando en todo tipo de cosas. Mientras que en Europa parece que a los 50 estamos acabados. Y no. Es ahora cuando más podemos aportar".

El donostiarra Diego Orlando Machimbarrena ha sido galardonado como "uno de los mejores fotógrafos del año" en los International Photography Awards (IPA) en las categorías de Libros y Fine Art por su serie "La mirada de Goya". Este reconocimiento le otorga la oportunidad de competir por la codiciada estatuilla Lucie como "Fotógrafo Internacional del Año" o "Descubrimiento del Año" en la gala que se celebrará el 28 de octubre en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York.

La serie premiada, compuesta por diez fotografías, "está inspirada en la belleza de las escenas de los pintores y escritores españoles, principalmente del maestro Francisco de Goya y Lucientes" y plasma "la España negra del siglo XIX donde la mujer, su principal protagonista, interpreta su sometimiento a la estricta religión de la época". El trabajo de Orlando fue seleccionado por un destacado jurado presidido por Susan Baraz, miembro fundador y presidente de Focus on AIDS (FOA), "la mayor fundación internacional de fotografía de Fine Art". Este reconocimiento sitúa al fotógrafo donostiarra, quien tras una carrera en el sector inmobiliario y años en Venezuela donde "los cálidos rayos del sol caribeño y el frenesí de Caracas" le impulsaron a retomar su camino artístico, en la élite de la fotografía internacional.