Diego Orlando gana su cuarto premio IPA con Half lights, half shadows, una serie que captura la diversidad étnica de San Sebastián durante el confinamiento. Utilizando una iglesia reconvertida en estudio con permiso del Obispado, el fotógrafo donostiarra fusiona el barroco español con rostros anónimos y modelos profesionales para "reflejar la pluralidad silenciosa de nuestra ciudad".
En plena era de "plátanos pegados en paredes" —ironiza sobre el arte conceptual—, Orlando defiende el rigor técnico como "protesta contra el arte vacío". Inspirada en Caravaggio y José de Ribera, la serie logra reconocimiento internacional mientras el artista anuncia su próximo proyecto Sin límites (2022): retratos de jóvenes guipuzcoanos que "ponen rostro a la diversidad sexual sin prejuicios", consolidando su posición como voz relevante entre el clasicismo y la innovación visual.